El colonialismo moderno no ha terminado: está evolucionando
El colonialismo persiste. También persiste la sabiduría de quienes lo resisten.
10/5/20251 min leer


“La idea del pensamiento poscolonial me da risa porque los colonizadores no se han ido—y no se van a ir. Eso nunca va a pasar.”
Esto es el colonialismo moderno. Y no está desapareciendo—está expandiéndose, devastando cada rincón donde la palabra “local” aún tiene significado. Esto es una indignación.
Considero un privilegio poder escuchar, aprender y entender las perspectivas de personas de todo el mundo. Y cuanto más lo hago, más me doy cuenta de que nuestra desconexión con la naturaleza—reducida en un 60% en los últimos 200 años—es también una desconexión con nosotros mismos.
Estamos más deprimidos, más aislados, más apáticos, más solos.
Al alejarnos del mundo natural, hemos perdido el asombro, la maravilla y el sentido de interconexión que antes nos guiaban. Sin eso, comenzamos a vernos como dioses—decidiendo quién vive y quién muere—mientras quedamos atrapados en sistemas de control que mercantilizan nuestra existencia, despojándonos de nuestra libertad.
¿A dónde nos está llevando este camino?
¿Cómo podemos sanar heridas antiguas si seguimos infligiendo el mismo dolor a los mismos pueblos?
Inicié el pódcast We Need to Act con la esperanza de abrir un espacio para el diálogo—un espacio para mí y para otros, donde escuchar perspectivas que vayan más allá de las narrativas dominantes. Quise invitar a quienes escuchan a reconocer otras formas de ver y sentir el mundo. A expandir sus horizontes.
No existe una única forma “correcta” de entender la vida—nuestra visión está moldeada por el contexto y la experiencia. Y esa diversidad de pensamiento es algo que debe celebrarse.
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